martes, 6 de mayo de 2008

MOTIVACIÓN DE LOGRO Y LA INTELIGENCIA MOTIVACIONAL

MOTIVACIÓN DE LOGRO
Es de suma importancia en la planificación de tu proyecto de vida, ya que es la fuerza interna que te va a impulsar a realizar lo que te propongas. Para ello tienes que sentir seguridad y confianza en ti mismo. Los logros que vayas alcanzando van a generar mayor confianza en ti y te preparan para abordar situaciones difíciles.
¿Por qué es importante nuestra motivación de logro en la planeación de carrera y de vida?
Porque es la fuerza interna o deseo de lograr que tenemos los seres humanos y que nos impulsa a realizar lo que nos proponemos.
Motivación de logro implica:
Una meta que guía nuestros Esfuerzos ->Resultados<-Acciones y esfuerzos para alcanzar esa meta El generador de la motivación de logro es la seguridad o confianza en nosotros mismos. Para que se desencadene el proceso de desear alcanzar una meta y esforzarnos para ello, necesitamos haberla definido como un objetivo. Y para aclarar y definir nuestras expectativas de logro en el futuro, las metas que queremos realizar, necesitamos sentir seguridad o confianza de que seremos capaces de alcanzarlas. La falta de esa seguridad nos lleva a sentir impotencia ante el porvenir, a creer que no podemos influir en lo que sucederá. Nos sentimos incapaces de realizar nuestros sueños. Conocer todas tus fuerzas, recursos, habilidades, debilidades, temores, necesidades, aspiraciones, valores e ideales, te ayuda a aceptarte y valorarte por lo que eres y por lo que quieres ser. Esta es tu plataforma de despegue para imaginar y visualizar tu porvenir y desde la que puedes planear tu futuro definiendo los objetivos de tu vida y comprometiéndote contigo mismo para realizarlos. LA INTELIGENCIA MOTIVACIONAL La inteligencia motivacional te ayuda a conocer lo que te gusta y entusiasma, lo que te “mueve” para ser capaz de dirigir ese movimiento. Para obtener lo que quieres tienes que estar fuertemente motivado, ser constante y capaz de dirigir tu vida. La inteligencia emocional en la práctica Definiciones: Una competencia es un rasgo personal o un conjunto de hábitos que llevan a un desempeño laboral superior o más eficaz o, por decirlo de otro modo, una habilidad que aumenta el valor económico del esfuerzo que una persona realiza en el mundo laboral. Inteligencia práctica es una combinación de destreza y experiencia. Así pues, aparte del CI son nuestras habilidades prácticas y las capacidades técnicas que podamos dominar las que determinarán nuestro desempeño cotidiano. La pericia es, en gran medida, una combinación entre el sentido común y los conocimientos y habilidades concretos necesarios para desempeñar adecuadamente nuestro trabajo. La pericia se adquiere mediante el aprendizaje cotidiano y nos permite comprender los entrecejos de una determinada profesión, un conocimiento real que sólo puede ser fruto de la práctica. Una competencia emocional es una capacidad adquirida basada en la inteligencia emocional que da lugar a un desempeño laboral sobresaliente. Nuestra inteligencia emocional determina la capacidad potencial de que dispondremos para aprender las habilidades prácticas basadas en uno de los siguientes elementos compositivos La conciencia de uno mismo, la motivación, el autocontrol, la empatía y la capacidad de relación. Características de la Inteligencia Emocional Independencia: Cada persona aporta una contribución única al desempeño de su trabajo. Interdependencia: Cada individuo depende en cierta medida de los demás. Jerarquización: Las capacidades de la inteligencia emocional se refuerzan mutuamente Necesidad pero no suficiencia: Poseer las capacidades no garantiza que se acaben desarrollando. Genéricas: Se pueden aplicar por lo general a todos los trabajos, pero cada profesión exige competencias diferentes. Las Competencias Emocionales Competencia personal: determinan el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos. Conciencia de uno mismo: conciencia de nuestros propios estados internos, recursos e intuiciones. Conciencia emocional: reconocer las propias emociones y efectos. Valoración adecuada de uno mismo: conocer las propias fortalezas y debilidades Confianza en uno mismo: seguridad en la valoración que hacemos sobre nosotros mismos y sobre nuestras capacidades. Autorregulación: control de nuestros estados, impulsos y recursos internos. Autocontrol: capacidad de manejar adecuadamente las emociones y los impulsos conflictivos. Confiabilidad: fidelidad al criterio de sinceridad e integridad. Integridad: asumir la responsabilidad de nuestra actuación personal. Adaptabilidad: flexibilidad para afrontar los cambios. Innovación: sentirse cómodo y abierto ante las nuevas ideas, enfoques e información. Motivación las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de nuestros objetivos. Motivación de logro: esforzarse por mejorar o satisfacer un determinado criterio de excelencia. Compromiso: secundar los objetivos de un grupo u organización. Iniciativa: prontitud para actuar cuando se presenta la ocasión. Optimismo: persistencia en la consecución de los objetivos a pesar de los obstáculos y los contratiempos. Habilidades sociales: capacidad para inducir respuestas deseables en los demás. Influencia: utilizar tácticas de persuasión eficaces. Comunicación: emitir mensajes claros y convincentes. Liderazgo: inspirar y dirigir a grupos y personas. Canalización del cambio: iniciar o dirigir los cambios. Resolución de conflictos: capacidad de negociar y resolver conflictos. Colaboración y cooperación: ser capaces de trabajar con los demás en la consecución de una meta común. Habilidades de equipo: ser capaces de crear la sinergia grupal en la consecución de metas colectivas.

domingo, 13 de abril de 2008

Nuestra Autoestima

Autoestima
Es un valor y una actitud interior que nos lleva a valorar nuestras capacidades, reconocer y aceptar nuestras debilidades.

Según como se encuentre nuestra autoestima, ésta es responsable de muchos fracasos y éxitos, ya que una autoestima adecuada, vinculada a un concepto positivo de mí mismo, potenciará la capacidad de las personas para desarrollar sus habilidades y aumentará el nivel de seguridad personal, mientras que una autoestima baja enfocará a la persona hacia la derrota y el fracaso.
Cuando la apreciación de sí mismo es positiva, la persona proyecta energías agradables que otras personas pueden percibir, esto se debe a que cuando nos valoramos a sí mismos, ellos logran aceptarnos y respetarnos, siempre y cuando éstas también posean autoestima alta, porque si es al contrario se logra el rechazo y la envida, debido a que esas personas desean lo que el otro tiene o ha logrado.

La autoestima es importante porque es nuestra manera de percibirnos y valorarnos como así también moldea nuestras vidas. Una persona que no tiene confianza en sí misma, ni en sus propias posibilidades, puede que sea por experiencias que así se lo han hecho sentir o por mensajes de confirmación o desconfirmación que son trasmitidos por personas importantes en la vida de ésta, que la alientan o la denigran.

Otra de las causas por las cuales las personas llegan a desvalorizarse, es por la comparación con los demás, destacando de éstos las virtudes en las que son superiores, por ejemplo: sienten que no llegan a los rendimientos que otros alcanzan; creen que su existencia no tiene una finalidad, un sentido y se sienten incapaces de otorgárselo; sus seres significativos los descalifican y la existencia se reduce a la de un ser casi sin ser. No llegan a comprender que todas las personas son diferentes, únicas e irrepetibles, por lo que se consideran menos que los demás.

Cuando la vida se vive desde la Autoestima todo es diferente. Las cosas cambian de color, sabor y signo, ya que nos conectamos con nosotros y con el mundo, desde una perspectiva más amplia, integral, equilibrada, consciente y productiva.